lunes, 31 de octubre de 2016

Sobre el progreso y el mito del hombre prometeico


Uno de los mitos más comunes en la sociedad occidental es precisamente el del hombre prometeico. Aquel que todo lo puede porque todo lo tiene; quien es superior a sus predecesores por la simple cuestión tecnológica o material. La arrogancia e inconsciencia que desprende todo aquel que padece de esta telaraña intelectual, no sólo no tiene límites, sino que, como veremos a continuación, el hombre moderno se ensancha el pecho proclamando sus principios.

No hay que ser ningún intelectual para poner la vista en el actual occidente y darse cuenta de que toda seña de vida espiritual ha muerto en dicha sociedad, y todo aquel baluarte, por mínimo que sea, es eliminado del ocio entre los comunes. Todo rastro de trascendencia occidental, tradición, o energía no-material ha desaparecido. Aquel occidente que un día fue la cuna de grandes artistas y genios de toda índole, ahora desaparece en el olvido, aunque recordado por aquellos que rememoramos su historia con amargura.

Entre muchas, una de las más inciertas creencias de nuestro tiempo es pensar que nuestra historia y nuestra existencia es mejor que la de nuestros antiguos, dado que las capacidades materiales son mayores, ignorando así toda forma de trascendencia espiritual de carácter anti-material. Este “modus vivendi” desarraiga cada vez más al hombre de sus ataduras espirituales hacia su tierra y hacia toda identidad colectiva, y con ello, las costumbres y tradiciones de su pueblo, indiferentemente de cual sea este.

La conexión mística del espíritu del individuo con la tierra que han trabajado y defendido sus ancestros, no se corta fácilmente, pero se trata de un proceso paulatino de manejo de masas, cortando toda relación con la trascendencia y guiando a los individuos hacia lo meramente económico, material y - en el caso del liberalismo democrático -, hacia lo momentáneo.

Los motivos etno-religiosos de los que se valen las élites financieras para este proceso son variados. Existen varios “¿Por qué?”, sin embargo prima la estrategia en la que, el hombre – carente de fe y espíritu tradicional y colectivo, aquel que vive para el momento, que camina vacío entre iguales y sin ningún objetivo más que el propio beneficio – es infinitamente más maleable que el hombre tradicional, con transmisión de estos, cuyo último pensamiento es lo material, pues carece de trascendencia espiritual y no hay lazos místicos que lo aten al consumismo que caracteriza nuestros días, dado que este es síntoma de lo más banal del ser humano y de su aspecto menos trascendente.

Ante la postura moderna y contemplativa del hombre moderno frente a la decadencia de valores del mundo occidental, quienes nos negamos a afrontar el problema de manera lejana, no nos queda más que asumir la postura del guerrero, que lejos de ver como su historia y los muros de su tradición decaen, puede tomar las armas contra la involución espiritual humana y convertirse en un haz de luz, una piedra en el zapato contra el mundo moderno. Esta postura es la llamada ‘’Postura del Kshatriya’’, término extraído de las antiguas castas hindúes, que representa a aquellos quienes representaban la función verdaderamente política.

Si bien concebir el mundo moderno como un enemigo a batir es difícil, aún lo es más concebirlo como algo omnisciente, que consume todo cuanto se propone con facilidad y asegura su existencia sin ninguna clase de perseverancia y con una facilidad sin igual. ¿Cómo combatir pues contra un enemigo que avanza cual enfermedad a tal velocidad? Es una de las más llamativas cuestiones.

Dado que el mundo moderno es un enemigo interior, que asienta sus pilares en la facilidad de corromper las convicciones tradicionales de los individuos a través de una serie de estrategias políticas y sociológicas, el principio de reconocer los principios que sujetan nuestras tradiciones ancestrales como modelos a seguir y como pilares inmutables, que evolucionan y se transmiten de manera natural y prácticamente instintiva, es un punto de partida sólido, y que unido a la voluntad de los hombres sujetos a la tradición puede ser capaz de crear un baluarte espiritual como élite que supere y desarme todo principio hedonista característico del mundo moderno.

Por Santiago González. Extraído de Pueblo Indómito:
http://puebloindomito.blogspot.com.es/2014/12/sobre-el-progreso-y-el-mito-del-hombre.html

domingo, 30 de octubre de 2016

La Gaita y la Lira


"¡Cómo tira de nosotros! Ningún aire nos parece tan fino como el de nuestra tierra; ningún césped más tierno que el suyo; ninguna música comparable a la de sus arroyos. Pero... ¿no hay en esa succión de la tierra una venenosa sensualidad? Tiene algo de fluido físico, orgánico, casi de calidad vegetal, como si nos prendieran a la tierra sutiles raíces. Es la clase de amor que invita a disolverse. A ablandarse. A llorar. El que se diluye en melancolía cuando plañe la gaita. Amor que se abriga y se repliega más cada vez hacia la mayor intimidad; de la comarca al valle nativo; del valle al remanso donde la casa ancestral se refleja; del remanso a la casa; de la casa al rincón de los recuerdos.

Todo eso es muy dulce, como un dulce vino. Pero también, como en el vino, se esconden en esa dulzura embriaguez e indolencia.

A tal manera de amar, ¿puede llamarse patriotismo? Si el patriotismo fuera la ternura afectiva, no sería el mejor de los humanos amores. Los hombres cederían en patriotismo a las plantas, que les ganan en apego a la tierra. No puede ser llamado patriotismo lo primero que en nuestro espíritu hallamos a mano. Es elemental impregnación en lo telúrico. Tiene que ser, para que gane la mejor calidad, lo que esté cabalmente al otro extremo, lo más difícil; lo más depurado de gangas terrenas; lo más agudo y limpio de contornos; lo más invariable. Es decir, tiene que clavar sus puntales, no en lo sensible, sino en lo intelectual.

Bien está que bebamos el vino dulce de la gaita, pero sin entregarle nuestros secretos. Todo lo que es sensual dura poco. Miles y miles de primaveras se han marchitado, y aún dos y dos siguen sumando cuatro, como desde el origen de la creación. No plantemos nuestros amores esenciales en el césped que ha visto marchitar tantas primaveras; tendámoslos, como líneas sin peso y sin volumen, hacia el ámbito eterno donde cantan los números su canción exacta.

La canción que mide la lira, rica en empresas porque es sabia en números.

Así, pues, no veamos en la patria el arroyo y el césped, la canción y la gaita; veamos un destino, una empresa. La patria es aquello que, en el mundo, configuró una empresa colectiva. Sin empresa no hay patria; sin la presencia de la fe en un destino común, todo se disuelve en comarcas nativas, en sabores y colores locales. Calla la lira y suena la gaita. Ya no hay razón –si no es, por ejemplo, de subalterna condición económica– para que cada valle siga unido al vecino. Enmudecen los números de los imperios –geometría y arquitectura– para que silben su llamada los genios de la disgregación, que se esconden bajo los hongos de cada aldea."

- José Antonio Primo de Rivera -

sábado, 29 de octubre de 2016

Partido Ibérico El partido político que propugna la unión de España, Portugal y Andorra

Liderada por Casemiro Calderón (ex PSOE) y Paulo Gonçalves, la formación plantea la unificación de los servicios públicos y bancos centrales



El sueño de José Saramago renace seis años después de su muerte. El Partido Íber español y el Movimento Ibérico portugués se acaban de fusionar en una única formación, el Partido Ibérico, que salta al ruedo político con la intención de reivindicar la unión de España y Portugal.

Su gran objetivo es que un día llegue a existir un país llamado Iberia, una confederación que muchos ciudadanos lusos anhelan y cuya esencia se plasma ahora en la denominada «Declaración de Lisboa».

Se ha estrenado este peculiar interlocutor político con un liderazgo bicéfalo: el español Casemiro Calderón (ex PSOE) y el portugués Paulo Gonçalves.

No se pone en marcha la iniciativa con meras elucubraciones utópicas, sino que optan por el pragmatismo y una ristra de medidas concretas.

En realidad, defienden el protagonismo de una Comunidad Ibérica de Naciones, con un tercer miembro: Andorra. Entre sus prioridades, figura la eliminación de duplicidades.

Así, plantean la unificación de los servicios públicos, la seguridad social, el espacio radioeléctrico, organismos reguladores del mercado y bancos centrales, creación de ligas deportivas ibéricas, convalidación automática de títulos educativos y la promoción de la enseñanza bilingüe hispano-lusa.

Una batería de propuestas que se basa en que «juntos somos más fuertes y viviremos mejor». Además, expresan su convencimiento de que «la suma de ambas economías aumentaría nuestro poder de negociación con la Comisión Europea y nos supondría ganar PIB, población y superficie».

Por si acaso, proclaman con claridad: «Rechazamos la integración de Portugal en España y defendemos que la construcción de Iberia sea obra tanto de Portugal como de España y Andorra bajo los principios de igualdad, de no duplicidad de costes y de beneficio mutuo».

El Partido Ibérico se confiesa proclive a la instauración de los tres idiomas oficiales: español, portugués y catalán. «Abogamos por un acuerdo entre el Instituto Cervantes y el Instituto Camoes para el uso de sus infraestructuras comunes», argumentan.

Su vocación se refrenda con la apelación a unas palabras de Unamuno, deseoso de superar «el choque entre la arrogancia española y la desconfianza portuguesa».

Artículo de Francisco Chacón publicado en ABC:
http://www.abc.es/espana/abci-nace-partido-iberico-propugna-union-espana-portugal-y-andorra-201610051520_noticia.html

miércoles, 26 de octubre de 2016

Somidentitaris, nuevo partido de Josep Anglada en Cataluña

Carta de presentación de SOMI

Todos somos conscientes del peligro que afrontamos de perder nuestra identidad. Ha llegado la hora de decir en voz alta y sin miedo lo que todos pensamos: que ya es suficiente, que los de casa somos primero y no los inmigrantes. Con tu ayuda, todos juntos podremos decidir el futuro de nuestro país. 

Frente a todos los demás partidos, que son encarnizados partidarios de la inmigración masiva, que la han favorecido hasta ahora y la seguirán favoreciendo, Somos Identitarios te ofrece una oportunidad única y casi definitiva de elegir el modelo de sociedad donde a ti te gustaría más vivir, donde hubiera más seguridad ciudadana y un mejor control de la inmigración. 

Pedimos que se cumpla la Ley de Extranjería, que todo trabajador extranjero que entre lo haga con un contrato de trabajo real y un sueldo justo y digno, con igualdad de derechos y obligaciones de todos los inmigrantes legales en nuestro país. Exigimos que las bandas de delincuentes sean cerradas en prisión, la expulsión inmediata de todos los inmigrantes il • legales y la aplicación de medidas para que el problema no se descontrole más. 

Somos Identitarios se dirige a todos los ciudadanos que ya no se sienten representados por los partidos de siempre, en temas tan importantes como la inmigración il • legal, la baja natalidad, la delincuencia, el desempleo, la inseguridad ciudadana o la degradación de nuestros barrios . 

Con Somos Identitarios nace una nueva esperanza y si te sientes identificado / a con nuestras propuestas, te invito a participar de este proyecto ético al servicio del ciudadano antes de que sea demasiado tarde, y esto nos hará ganar y hará ganar a todos los catalanes . 




Extraido de: http://somidentitaris.cat/

martes, 25 de octubre de 2016

Frente al comunismo - Ramiro Ledesma Ramos


Teníamos que ser nosotros, surgidos de lo más hondo del coraje hispánico, fieles a nuestra época, con un programa postliberal en cada mano, quienes con mejor eficacia combatiésemos la sociedad y el Estado comunistas.

Odiamos el espíritu liberal burgués, trasnochado y mediocre, pero nuestro enemigo fundamental, aquel cuyo mero estar ahí significa siluetearse el combate con nosotros, es el comunismo.

Frente al comunismo, con su carga de razones y de eficacias, colocamos una idea nacional, que él no acepta, y que representa para nosotros el origen de toda empresa humana de rango airoso. Esa idea nacional entraña una cultura y unos deberes históricos que reconocemos como nuestro patrimonio más alto.

El comunista es un ser simple, casi elemental, que acepta sin control unas verdades económicas no elaboradas por él y da a ellas su vida íntegra. El fraude que realiza de ese modo trasciende de su orbe individual para convertirse, si triunfa ese sistema, en el fraude total de un pueblo que deserta de sus destinos y juega al peligro del caos.

No puede esto tolerarse. Nosotros aceptamos el problema económico que planteó el marxismo. Frente a la economía liberal y arbitraria, el marxismo tiene razón. Pero el marxismo pierde todos sus derechos cuando despoja al hombre de los valores eminentes. Y le señala un tope minúsculo, que detiene sus impulsos. Los partidos socialistas de todo el mundo resuelven esas limitaciones recayendo en el viejo liberalismo que ellos vinieron precisamente a destruir y superar.

Los partidos comunistas, en cambio, aceptan todas las consecuencias, y creen que el marxismo es capaz de asumir todos los mandos. Pero un pueblo es algo más que un conglomerado de preocupaciones de tipo económico, y si de un modo absoluto se hacen depender de los sistemas económicos vigentes los destinos todos de ese pueblo, se recae en mediocre usurpación.

Tienen lugar hoy en la historia hechos radicales que tienden precisamente a la defensa y exaltación de esos valores supremos que el comunismo aparta de su ruta. Nosotros andamos en la tarea de resucitar en España un tipo así de actuación pública.

Porque los momentos españoles de ahora son tremendos y decisivos. Se quiere conmocionar al país para una Revolución de juguete, y se dejan a un lado los motivos revolucionarios de carácter social e histórico que son la médula de las revoluciones. ¿Qué se pretende con eso? España debe ir, sí, a una Revolución. Pero auténtica y de una pieza, a realizar cosas de alto porte y a expresar su voz en el hacer universal.

Para ello hay que abordar, no eludir, las cuestiones de tipo social. Entregarse a ellas. Acabar con las crisis agrarias. Reglamentar y articular la producción industrial. Pero de cara. A la vista de los intereses supremos del Estado.

Hay que hacer una revolución en España para estimular al pueblo a que de una vez se ponga en marcha. Al servicio, como hemos repetido y repetiremos, de una ambición nacional. Todo lo demás, las algaradas y los conatos revolucionarios para copiar las gestas viejas de nuestros abuelos, son despreciables e inmorales entretenimientos de un sector de burgueses, despreciables e inmorales.

Todos esos caprichos de los burócratas de espíritu corto no nos importarían nada si no significasen el abrir y cerrar de ojos de la fiera comunista. Que está ahí, contra lo que creen los miopes.

Y podemos decirlo con valentía. Preferimos, desde luego, un régimen soviético al predominio imbécil de la patrulla del morrión. Si no creyéramos con firmeza que triunfará hoy en Occidente –y particularmente en España– el espíritu nacional y social que propugnamos, nosotros desertaríamos. A los gritos huecos y a las majaderías solapadas de la mediocridad liberaloide preferimos el sacrificio heroico del comunista, que por lo menos se encara con el presente y trata de realizar su vida del mejor modo que puede.

Frente al comunismo no hay sino una fidelidad de cada gran pueblo a sus destinos. Entregarse a la época sin temores, aceptando lo que exige de heroísmo, de lucha y de lealtad.

Frente a la empresa comunista cabe la empresa nacional. El hundir las uñas en el palpitar más hondo. El sentirse llamado a la genial elaboración de elaborar humanidad plena.

La Conquista del Estado de Ramiro Ledesma Ramos Madrid, 28 de marzo de 1931, número 3, página 2.
Extraído de Pueblo Indómito:
http://puebloindomito.blogspot.com.es/2015/08/frente-al-comunismo.html

lunes, 24 de octubre de 2016

Democracia Nacional + Respeto + Movimiento Social Republicano... ¿es posible?

La unión, la fuerza, palabras y dichos usados en boca de todos pero ¿porqué no es posible? Curiosamente bajo una u otra coalición estos y otros partidos políticos afines en algún momento han interaccionado, han formado frente. ¿Cual es la situación actual?



Democracia Nacional

Sigue haciendo una incansable labor de activismo pero que no parece estar siendo fructífera, ni en las urnas ni en influencia y apoyo de la ciudadanía. 

Actualmente desarrolla interesantes iniciativas como los programas de radio "La voz de Europa" y "Más que palabras". Sus campañas de a pie de calle con pegadas de carteles y adhesivos es uno de sus puntos fuertes junto con algunas movilizaciones puntuales. 

DN partía de una autonomía histórica aunque últimamente ha compartido más el espacio histórico y nostálgico de La Falange. 

Respeto

La unión de España 2000, Partido por la Libertad, Plataforma per Catalunya e Iniciativa por Albacete ha nacido con una clara intención de futuro, tomando como referente claro al Frente Nacional francés. 

Amparados en el apoyo obtenido en las urnas en varios municipios, algunos importantes, consiguiendo una mínima representación, parten de la autonomía histórica como bandera y una apuesta política fuerte con puntuales muestras de activismo. 

Cuentan con una visión realista de las posibilidades y por ello han apostado por un progresivo desarrollo a la vez que aumentan su poder en los municipios.

Movimiento Social Republicano

Más conocido como M.S.R., es un referente claro de activismo y movilización, matriz del ahora buque insignia del resurgimiento patriota identitario: el Hogar Social Madrid. El M.S.R., frustrado por sí mismo, sus luchas internas y escisiones, no obstante ha marcado una influencia enorme por su nivel activista e intelectual y donde se ha forjado gran parte del apoyo juvenil. 

A pesar de su esfuerzo y la calidad de la militancia con la que ha contado, parece andar a la deriva.

Otros partidos 

Alianza Nacional: Perdida en su pureza y en el liderazgo sin rumbo de Pedro Pablo Peña. Han dado un giro hacia la defensa nostálgica.

La Falange y Falange de las J.O.N.S. son referentes de un pasado pero fósiles del presente y del futuro. La imposibilidad de captar con su mensaje y símbolos a la sociedad actual es aplastante.


¿Qué impide la unión de iniciativas patriotas?

Claramente una palabra: CABEZONERÍA.

Seamos concisos, la unión está minada por el lastre de choques personales acaecidos en el pasado por los diferentes líderes. Teniendo en cuenta la nula posibilidad de éxito por separado, la principal misiva de ayudar a España enfrentada a situaciones muy delicadas y la posibilidad de hacer frente común en torno a unos claros puntos comunes que todos defienden... sólo se puede decir que la falta de crítica, la búsqueda de la "pureza" del ideal y el no querer "bajarse de la moto", hace que lo poco que hay del movimiento patriota esté fragmentado.

No se negará, Ideas de Fuerza opina que Respeto es una opción válida para agrupar iniciativas, y está intentándolo. 

Lo hemos visto en la izquierda, como iniciativas nuevas como PODEMOS ha llegado, mientras otras tocaron techo hace mucho tiempo PCPE, Corriente Roja,... Y esto funciona en todos los sentidos. DN, MSR y otras iniciativas no sólo no han avanzado en mucho tiempo sino que han retrocedido y su influencia es residual. 

¿Podemos permitirnos seguir con debates estériles eternamente o crear alternativa?

España no puede esperar y posiblemente deje de existir mientras en "el movimiento" todavía discutan sobre diferencias y corrientes...

- Ideas de Fuerza -

domingo, 23 de octubre de 2016

10 puntos de sentido común


Info|krisis.- Hemos traducido y adaptado este artículo de Guillaume Faye publicado el pasad 29 de junio de 2016. Vale la pena hacer algunos comentarios previos. Alude al “comunitarismo”, un término que todavía no se suele utilizar en España y por el que hay que entender una concepción de la ciudadanía basada en que sus componentes compartan los mismos referentes morales, lingüísticos y culturales por el hecho de pertenecer a la sociedad civil y recibir los derechos derivados de la ciudadanía. El progresismo francés y buena parte de las fuerzas conservadoras creen que esta noción es la que hay que transmitir a la inmigración árabe-africana. Lamentablemente, después de 40 años, de prédica, ni en Francia, ni en lugar alguno de Europa, se ha conseguido llevarlo a la práctica. En segundo lugar, al lector no se le escaparán varias alusiones al Front National, sino crítica, sí al menos, escépticas en relación al giro que ha dado durante su proceso de “desdiabolización”. Faye es, sobre todo, un divulgador de ideas. No tiene porqué preocuparse de ganar votos para una formación concreta. De ahí que pueda permitirse unos niveles de libertad propios de los que no están vinculados a ningún partido. Hemos conservado tales alusiones, aun a riesgo de poder confundir a algunos lectores en la confianza de que los europeos tenemos ante el futuro dos momentos estratégico: el primer es el de contener a la inmigración, el segundo, de revertirla. Pero nada de todo esto puede hacerse sin acceder al poder. Y para hacerlo, obviamente, hay que moderar el discurso.



Inmigración: 10 principios del sentido común

29 DE DE JUNIO DE, 2016 POR GUILLAUME FAYE

El debate sobre Islam, laicismo, integración, asimilación, "comunitarismo", la "radicalización" anti islámica, etc. está desconectado de la realidad y del sentido común, se ha intelectualizado, por lo que resulta completamente inútil. En realidad, más que un debate es una ensalada de supuestos ideológicos y la expresión de deseos piadosos. Pero el eje del problema es práctico, es material, demográfico, cuantitativo, y sobre todo también étnico. Siguen a continuación diez principios que deberían resultar obvios.

1) No combatir los efectos de la inmigración, sino especialmente las causas

Se quieren prohibir los velos en lugares públicos, el control de la financiación y la altura de los minaretes de las mezquitas que aparecen como champiñones, el rechazo a la escuela, al hospital -y en todas partes- las prácticas islámicas conquistadoras, etc. Y todo esto mediante leyes y reglamentos, lo cual resulta muy necesario… Pero se tiene la batalla perdida por anticipado si no se comprende que todo esto es totalmente insuficiente. Todas estas medidas apuntan (débilmente) contra los efectos, nunca contra las causas. Estos esfuerzos fracasarán mientras ni apuntes contra la fuente del problema. Ésta es, en última instancia, a la vez puramente cuantitativa y demográfica, pero también étnica: la inmigración extra-europea de mayoría musulmana está en progresión exponencial y con una fecundidad ampliamente superior a la europea. Tal es la doble causa que es preciso abordar.

2)  Pensar medidas a largo plazo antes que inmediatas y a corto plazo

Matemáticamente, si no se hace nada para bloquear la expansión y le aumento de la inmigración, si no se lleva a cabo ninguna "re-migración" (el retorno al país de origen), en la segunda mitad de este siglo Francia ya no será étnicamente un “país europeo” y el Islam tendrá una clara mayoría. Francia será un país afro-árabe musulmán (al igual que varios de sus vecinos) que se verá aquejado de una violencia incesante de carácter étnico-religiosa, acompañada por un empobrecimiento generalizado y un éxodo de los últimos europeos nativos. Guerra civil étnica endémica muy probable. Tal es la ley de hierro de la demografía (natalidad e inmigración). En este caso, Francia desaparecería por completo, y tal vez incluso su nombre se borrara del mapa.  Pero esta perspectiva de medio y largo plazo es completamente ignorada por las oligarquías (los dirigentes actuales habrán muerto para entonces o serán nonagenarios cuando sobrevenga el final) que piensan sólo a muy corto plazo. Tal es el reflejo de una sociedad de la inmediatez, que no se proyecta hacia el futuro, que olvida su pasado y toma Prozac o humo para no pensar en el presente.  

3) Entender que las fuerzas que buscan la destrucción étnica de la Europa ya están actuando.

Se infiltran en el Estado francés, en la tecnocracia europea, en las oligarquías mediáticas, partidocráticas (incluyendo el FN) y sindicales. Imponen la ideología inmigracionista y colaboran con la islamización. Fundamentalmente antidemocráticas (“anti-populistas” según la jerga), animadas por un sentimiento nihilista de odio a la cultura, a la historia y al arraigo de las naciones europeas, aliadas objetivas del islam invasor, mueven a las autoridades políticas, de izquierda o de derecha, a un etnocidio de los europeos. Todo está concebido para dejar entrar a la marea migratoria y para destruir las raíces culturales de las identidades europeas, especialmente en la educación pública y en los medios de comunicación

4) El etnopluralismo, como el motor de agua, no ha funcionado nunca, ni funcionará jamás.

Tal es una idea a desechar en el cementerio de las utopías, junto al comunista. Existe una incompatibilidad de vida en común (cohabitación territorial) en una misma unidad política entre poblaciones étnicamente diferentes; sobre todo si algunas son árabe-musulmanas o africanas. Las excepciones sólo son burbujas artificiales protagonizadas por élites. Incluso si esta evidente de la imposibilidad del etnopluralismo (ya señalada por Aristóteles) es un tabú, una prohibición ideológica, es todavía más una evidencia para quienes viven en zonsa de mezcla étnica. No es experimentada por las élites inmigracionistas y antirracistas simplemente porque estas, a la inversa de los “blancos pobres”, ni viven ni han estado jamás en contacto con sus queridos inmigrados árabe-musulmanes o africanos, que para ellos no son más que abstracciones. Por eso despliegan este concepto de “vivir juntos” para los demás, no para ellos mismos.

5) ¿Combatir el "comunitarismo"? Demasiado tarde.

La lucha contra el "comunitarismo" (esa palabra-trampa  que se utiliza para  enmascarar el término "colonización étnica") no sirve para nada, como tampoco sirve combatir contra la islamización y el yihadismo radical. Ya es muy tarde. Todavía era posible en los años 80 para integrar y asimilar en la "República" y en la cultura franco-europea a los inmigrantes procedente de fuera de Europa. Ahora es absolutamente imposible desde el momento en que llegan en porcentajes considerablemente, mayoritarios en algunas zonas urbanas. Es inútil intentar mejorar las cosas, hay que invertir las reglas del juego. Es decir, bloquear los flujos migratorios e invertirlos.

6) No aferrarse desesperadamente a que sean "nuestros compatriotas": no quieren

Es absolutamente imposible hacer una nación unida con una proporción creciente de  población árabe-musulmana y africana, incluso aunque sea francófona. La candidez de los integracionistas y asimilacionistas, desde el FN al PS, que quieren que esos millones de inmigrantes o hijos de inmigrantes sean "nuestros compatriotas" choca directamente con el rechazo y la  hostilidad creciente de un número cada vez mayor de ellos -especialmente entre su juventud- a considerarse como franceses –o belgas, alemanes, etc- incluso aun cuando tengan ya la nacionalidad. Ellos no se quieren integrar o asimilar. Como dice el refrán: "un burro que no tiene sed, no bebe".  Cada vez más jóvenes árabes musulmanes, africanos o turcos, en cualquier lugar de Europa, incluso con naturalización y pasaportes europeos, se consideran a sí mismos como ciudadanos de sus países de origen y tienen a Europa -detestada- como una tierra de conquista. Ellos tienen un reflejo racista. Ese es su problema.

7)  Crear un “Islam francés” es una utopía ridícula

El Islam no sólo es incompatible con la "república", lo es con cualquier cosa que no sea con él mismo, ya sea religión o cultura. Es una actitud que evidencia un arraigo psíquico profundo, étnico, en definitiva. De Gaulle lo había visto, y de ahí su rechazo a la Argelia francesa como apéndice de Francia. La idea de una “Islam de las Luces” moderado y reformado es un callejón sin salida. Los musulmanes franco-compatibles o republicano-compatibles son, o bien minorías utópicas, o frecuentemente grupos poco sinceros en cuanto a sus fines. El islam es intrínsecamente hostil a todo lo que representa la civilización europea.

8) Contra el terrorismo islámico: desislamizar Francia

No es solamente siguiendo e intentando desmantelar policialmente a las redes islamistas como se impedirán los atentados, ni llevando a sus miembros las prisiones (esas escuelas de criminales) tras las ridículas e inoficaces (incluso contraproducentes) operaciones de “desradicalización”. Prohibiendo, sobre todo, la entrada en el territorio (inmigración cero) a todo nuevo inmigrado musulmán e invirtiendo el flujo migratorio mediante salidas masivas hacia los países de origen, es la única forma como se puede resolver el problema. Es lamentable decirlo, pero el riesgo de atentados terroristas en un país occidental es proporcional a la importancia numérica de su población musulmana.

9) Admitir que la influencia usulmana y árabe-africana afecta a todo el conjunto del territorio nacional

La causa de todos los problemas es democráfico y matemático. Patrice Ribeiro, secretario general del sindicato de policía Synergie-officiers, afirma: “Ningún lugar está a salvo, el fenómeno de la comunitarización y de la insularidad de gran cantidad de barrios se observa por todas partes con la infiltración y la invasión en el tejido escolar, asociativo y deportivo, es un telón de fondo de sociedad”. Menciona “la complicidad de cierto número de cargos electos” que “muestran en realidad aquiescencia y connivencia intelectual”. Piensa que “este angelismo o clientelismo cínico nos conducirá a la catástrofe”. Nada que añadir. El problema es estrictamente demográfico, nada más. Por razones de corrección ideológica y semántica, se habla de “comunitarismo”, lamentable neologismo, cuando en realidad se trata, simplemente, una invasión, del exterior (inmigración) y del interior (natalidad). Por su parte, el escritor argelino Boualem Sansal analiza: “El orden islámico intenta instalarse en Francia, es un hecho palpable; en algunas zonas, ya está instalado” (FigaroVox, entrevista, 17.06.2016).

10)  Integración y asimilación: misión imposible

La integración (es decir, la adopción parcial de las costumbres del país de acogida, en especial de la lengua, pero conservando una parte de sus usos y costumbres de origen) es posible si los inmigrados no superan el 5% de la población de acogida. Para la asimilación (es decir, la adopción total de la cultura de acogida y el abandono de la suya propia), el porcentaje es aún más bajo. Al margen de todos los discursos (del FN, de la derecha y del centro), ni la integración ni la asimilación son posibles por una razón matemática: la proporción de extranjeros es ya demasiado fuerte.

La masa actual de niños africanos o árabes de origen no podrán ser asimilados o realmente convertidos en franceses por la escuela, salvo, evidentemente, excepciones. La Francia universal, supracultural, supraétnica es una imposibilidad, el fruto de una utopía intelectual abstracta construida en el tiempo en el que la inmigración masiva no existía.

Conclusión: resolver el problema global supondrá un enorme choc

Los problemas del comunitarismo creciente, de la “guetización”, las fricciones y los enfrentamientos incesantes con las costumbres musulmanas en expansión que degradan la vida cotidiana de los autóctonos europeos, la criminalidad multiforme en alza constante, el hundimiento del nivel de una escuela pública multiétnica, el terrorismo evidente, son ecuaciones no serán jamás resueltas por medida políticas interiores de reordenación por duras que sean.

El referéndum británico a favor del Brexit ha sido en realidad un voto de protesta –algo desesperado- de las clases populares inglesas contra la inmigración. Pero una Gran Bretaña, separada de la UE –si el resultado del referéndum es respetado- ¿limitaría la inmigración? No es seguro…

La solución general vendrá primeramente por un restablecimiento de las fronteras nacionales y un parón total de cualquier inmigración extra-europea, comprendida la legal, por motivos de trabajo o de reagrupación familiar. En segundo lugar procederá de una política resuelta de expulsión de todos los clandestinos e inmigrantes en situación irregular y del retorno para los que están en situación regular. En cuanto a los que son “Franceses de documentación” (o de cualquier otra nacionalidad europea) por el “derecho suelo” (ius solis) –que deberá ser imperativamente suprimido- su situación será más difícil de resolver pero deberá serlo.

Ciertamente, estas soluciones precisan de un valor inmenso para ser aplicadas

Provocarán enfrentamientos, choques, dramas, conflictos que será preciso afrontar. Pero continuar sin hacer nada llevaría a una situación peor todavía. La ecuación es simple: a partir el momento en que la invasión migratoria ha sido autorizada (y animada) por el Estado desde hace 40 años, con una reproducción de dos a tres veces superior a las poblaciones inmigradas en un 90% musulmanes, y una fuga de élites, Francia está muerta en apenas 20 años.

© Guilaume Faye – J’ai tout compris

© Por la traducción y adaptación, Ernesto Milà – info|krisis – Prohibida la reproducción de este artículo sin indicar origen.

http://infokrisis.blogia.com/2016/100301-10-puntos-de-sentido-comun.php

sábado, 22 de octubre de 2016

La violencia vale su peso en oro



A mucha gente le gusta pensar que son pacíficos. Por lo general la gente afirma aborrecer el uso de la violencia y la violencia se ve como algo negativo por la mayoría. Muchos fallan en diferenciar entre violencia necesaria e innecesaria. Justa e injusta. Algunos pomposos y pagados de sí mismos quieren pensar que están por encima de la desagradable y violenta cultura de sus antepasados. Dicen “la respuesta no es la violencia” Dicen también que “la violencia no resuelve nada”.

Se equivocan. Todos ellos dependen de la violencia cada día.

Cada vez que hay elecciones, gente de todo tipo hace cola para depositar sus votos y al hacerlo, esperan influir en aquellos que serán los que sostengan el bastón de mando. Los que pretenden acabar con la violencia, como si eso fuese posible o deseable, a menudo pretenden desarmar a sus conciudadanos. Esto no terminará la violencia, sólo le dará a la chusma estatal el monopolio sobre la misma. Te hará sentir más seguro…mientras no molestes al que manda.

Todos los gobiernos, de izquierda, de derecha o de otras cosas, son coercitivos por su propia naturaleza. Han de ser así.

El orden exige violencia.

Una norma que no esté respaldada por la certeza de la violencia se queda en simple sugerencia. Los gobiernos se edifican con leyes dispuestas a hacerse cumplir por hombres listos para ejercer la violencia contra los que rompan esas leyes. Cada impuesto, cada código y cada licencia necesita una serie de penas cada una más dura que la anterior por incumplirla. Al final, el resultado es la confiscación de la propiedad o el encarcelamiento llevado a cabo por hombres armados preparados para ser violentos en caso de que se ofrezca resistencia. Cada vez que una ama de casa se indigna y pide penas más duras por conducir borracho o vender tabaco a los menores de edad o llevar un pit bull suelto o no reciclar la basura…está pidiendo al Estado que use la fuerza para que se imponga su voluntad. Ya no lo está pidiendo de buenas maneras. La viabilidad de cada ley sobre la familia, sobre el terreno, tráfico, inmigración, importaciones o regulaciones financieras depende de los recursos y la voluntad  por parte del grupo para hacerla cumplir por la fuerza.

Cuando un ecologista exige que se salve a las ballenas está diciendo que salvar a las ballenas es tan importante que merece el dañar a humanos que dañan a las ballenas. Los pacíficos ecologistas están pidiendo al leviatán que autorice el uso de la violencia para proteger a los leviatanes (n.d.t; pincha en los enlaces para entender el juego de palabras) Si los mandatarios estuvieran de acuerdo y expresaran que efectivamente es importante salvar a las ballenas pero no quisieran penalizar a aquellos que las dañaran, o rechazaran respaldar esas penas con la amenaza de una acción policial o militar, todo quedaría en un simple gesto sin consecuencias. Un brindis al sol. Aquellos que quisieran dañar a las ballenas se sentirían libres de hacerlo, como se ha dicho, con impunidad, sin pena.

Sin acción las palabras sólo son palabras. Sin violencia, las leyes sólo son palabras.

La violencia no es la única respuesta, pero es la última respuesta.

Se puede argumentar moral y eticamente, apelando a la razón, la emoción, la estética o la compasión. La gente se conmueve por este tipo de argumentos y cuando están suficientemente convencidos, siempre que les convenga, la gente se modera o cambia sus comportamientos.

En cualquier caso, esa libre asunción de muchos inevitablemente crea una vulnerabilidad lista para ser explotada por cualquier persona a la que poco le importen las normas éticas y sociales. Si todo el mundo baja sus armas y no las cogen otra vez, el primer hombre que lo haga puede hacer lo que quiera. La paz sólo puede mantenerse sin violencia mientras todos lo quieran así. Para mantener la paz cada persona en cada generación, hasta que la guerra sea algo olvidado, ha de estar de acuerdo en seguir siendo pacífico. Por siempre y para siempre. Ningún delincuente o busca líos puede preguntar “¿Y si no, qué?” porque en una sociedad de veras no violenta, la mejor resupuesta disponible es “O si no, pensaremos que eres una mala persona y no querremos estar contigo”. Nuestro bronquista será libre de responder “No me importa, haré lo que quiera”.

La violencia es la última respuesta a la pregunta “¿Y si no, qué?”.

La violencia es el oro almacenado en el banco central, las reservas que garantizan el orden. En realidad, es aún mejor que el patrón oro porque la violencia tiene valor universal. La violencia trasciende a filosofías, religiones, tecnología y cultura. La gente dice que la música es un lenguaje universal pero un puñetazo en la cara duele sin importar qué idioma hables o qué música te guste. Si estás encerrado en una habitación conmigo y agarro una tubería y hago el gesto de atacarte con ella, no importa quien seas; tu cerebro de mono inmediatamente entenderá el “¿Y si no qué?”. Y de alguna manera, un orden se establece.

Entender lo que es la violencia es básico para la vida humana y el orden social, es como entender que el fuego quema. Lo puedes utilizar y lo tienes que respetar. Puedes actuar contra ello y algunas veces incluso controlarlo, pero no puedes hacer que deje de ser así sólo por desearlo. Igual que un incendio, a veces es devastador y no lo ves venir hasta que es demasiado tarde. A veces es algo más grande que tú. Pregunta a los cherokee, los incas, los romanovs, los judíos, los confederados o los bárbaros. O los romanos. Todos ellos se saben lo de “Y si no, ¿qué?”.

El reconocer que el orden exige violencia no es una revelación aunque para muchos pueda parecerlo. La mera noción de ello deja a más de uno apopléjico y algunos incluso lo discutirán furiosamente usando toda suerte de argumentos parciales e hipotéticos porque “no les suena correcto”. Las cosas no necesitan sonar bien para que sean ciertas. La realidad no se moldea ni se acomoda a las fantasías o los sentimientos.

Nuestras sociedades complejas se basan en la violencia interpuesta hasta un punto que la mayoría de la gente puede ir por la vida sin haber entendido realmente o pensado en profundidad sobre la violencia, porque son ajenos a ella. Nos podemos permitir verla como algo lejano, un problema abstracto listo para ser resuelto a través de estrategias de alto nivel intelectual e ingeniería social. Cuando la violencia llama a la puerta, podemos llamar nosotros a la policía para pedir que la detengan. Pocos civiles se toman de verdad el tiempo necesario para pensar que lo que están haciendo es esencialmente pagar a una banda armada dinero para que les proporcionen protección y que vengan y cometan violencia a nuestro favor. Cuando los violentos son capturados pacificamente, muchos de nosotros no hacemos la conexión, ni siquiera nos damos cuenta de que el motivo por el que el perpetrador se deja detener es por el arma en cinto del agente de policía. O por la seguridad implícita de que será perseguidos y capturado por más agentes que tienen la autoridad de matarlo si lo consideran una amenaza…Una amenaza para el orden establecido.

Hay como dos millones y medio de presos en los Estados Unidos de América. Más del 90% de ellos son hombres. La mayoría de ellos no se entregaron. Casi ninguno intenta escapar porque hay alguien vigilando listo para dispararles en una torre. Muchos son delincuentes no violentos. . Las amas de casa, los contables, los famosos solidarios y los veganos de crianza al aire libre mandan sus impuestos y gastan de forma interpuesta miles de millones de dólares para mantener el orden social por medio de la violencia.

Es cuando nuestro orden violento cede paso un desorden violento, como tras una catástrofe natural, que podemos ver como dependemos de aquellos que mantienen el orden mediante la violencia. La gente roba y saquea porque puede y mata porque piensa que se irá sin consecuencias negativas. Tratar con la violencia y encontrar a los hombres violentos que te protegerán de otros hombres violentos de repente se convierte en una necesidad real y apremiante.

Un amigo me contó una historia sobre un incidente que tuvo un familiar suyo, un policía y creo que viene a cuento. Unos adolescentes estaban en un centro comercial, fuera de una librería. Estaban hablando con unos policías. Un policía relativamente grande, no alguien con el que te quisieras meter. Uno de los chicos le dijo al policía que no veía el por qué la sociedad necesitaba policías.

El policía se acercó al chico y le dijo “¿tienes alguna duda de que te pudiera partir los brazos y quitarte ese libro si me diera la gana hacerlo?”

El chico, obviamente asustado por la brutalidad de la pregunta, dijo “No”.

"Por eso necesitas policías, muchacho."

George Orwell escribió en sus “Notas sobre nacionalismo” que para los pacifistas, la verdad de que “aquellos que abjuran de la violencia sólo pueden hacerlo porque otros la cometen en su nombre” es muy obvia…pero imposible de aceptar. Mucha irracionalidad hay en la incapacidad de aceptar que confiamos pasivamente en la violencia para nuestra protección. Las fantasías escapistas del estilo del Imagine de John Lennon corrompen nuestra habilidad para ver el mundo como es, de ser honestos con nosotros mismos sobre lo natural de la violencia en el animal humano. No hay evidencia que apoye que el ser humano es una criatura pacífica por naturaleza. Hay sin embargo evidencia suficiente para demostrar que la violencia ha sido siempre parte de la vida humana. Cada día los arqueólogos desentierran otro craneo de algún primitivo, dañado por las armas o algún golpe. Los primeros códigos legales eran impresionantemente duros. Si nos sentimos menos amenazados hoy, si nos sentimos como que vivimos en una sociedad no violenta, es sólo porque hemos cedido mucho poder al Estado sobre lo que sucede en nuestro día a día. Muchos dirán que esto es lo razonable, pero también podríamos pensar que es simple vagancia, pereza. Una pereza peligrosa a tenor de lo poco que confía la gente en los políticos.

La violencia no sale de las películas o los video juegos o la música. La violencia sale de la gente. Va siendo hora de que la gente se despierte de la borrachera de los años 60 y empiece a ser honesta sobre la violencia otra vez. La gente es vioenta y eso es bueno. No puedes enterrarlo con leyes o evitar el tema hablando de otra cosa. Basándonos en la evidencia disponible, no hay motivo para creer que la Paz Mundial se consiga alguna vez o que la violencia “se pueda frenar”.

Es el momento de dejar de preocuparse y empezar a apreciar la espada.

La Historia nos enseña que si nosotros no lo hacemos, otro lo hará.

Original: Violence is golden, de Jack Donovan. Extraído de Soul Guerrilla:
http://soulguerrilla.com/index.php/2016/08/23/la-violencia-vale-su-peso-en-oro/

viernes, 21 de octubre de 2016

Santiago Abascal



Santiago Abascal no es perfecto, nadie lo es, pero sin duda hoy en día es uno de los pocos políticos a los que merece la pena tener en cuenta. Después de tantos años en la diana de ETA nadie puede poner en duda su valentía.

Además, desde su desembarco al frente de VOX este partido ha hecho un viraje bastante interesante en algunos puntos como inmigración, islamización, defensa de la patria... Este es su Twitter:

https://twitter.com/Santi_ABASCAL

jueves, 20 de octubre de 2016

El secreto de la decadencia - Julius Evola


Cualquiera que haya rechazado el mito racionalista del «progreso» y de la interpretación de la historia como un desarrollo positivo ininterrumpido de la humanidad, se encontrará gradualmente conducido hacia una visión del mundo que era común a todas las grandes culturas tradicionales, y que tiene en su centro la memoria de un proceso de degeneración, de un lento oscurecimiento, o de la caída de un mundo anterior más elevado. Si penetramos más profundamente en el interior de esta nueva (y antigua) interpretación, nos volvemos a encontrar problemas variados, entre los cuales el principal es el secreto de la decadencia.

En su sentido literal, esta pregunta no supone de ninguna manera una novedad. Si se contemplan los magníficos vestigios de las culturas cuyo nombre mismo ni siquiera ha llegado a nosotros, pero que parecen hacer alcanzado, incluso en sus aspectos materiales, una grandeza y un poder más que terrestres, se pueden difícilmente evitar plantearse problemas sobre la muerte de las culturas, y sentir la insuficiencia de las razones que son habitualmente dadas como explicaciones.

Podemos agradecer al conde de Gobineau por la mejor exposición y la más de conocida, de este problema y también por una crítica magistral de las principales hipótesis que le afectan. Su solución sobre la base del pensamiento racial y de la pureza racial comporta también una gran parte de verdad, pero tiene necesidad de ser ampliado por algunas observaciones que conciernen a un orden de cosas más elevado. Pues han existido numerosos casos donde una cultura se ha hundido incluso cuando su raza ha permanecido pura, y esto es particularmente claro en algunos grupos que han sufrido una lenta, inexorable extinción, aunque hubieran permanecido racialmente asilados como islas. Estos pueblos están hoy en la misma forma racial que en la que estaban dos siglos antes, pero es difícil encontrar en el presente la heroica disposición y la conciencia racial que poseyeron en otro tiempo.

Otras grandes culturas parecen simplemente haberse quedado rígidas como momias: desde hacía mucho tiempo estaban interiormente muertas y bastaba el menor soplo para abatirlas. Tal fue el caso, por ejemplo, del antiguo Perú, este imperio solar gigantesco que fue aniquilado por algunos aventureros salidos de los bajos fondos de Europa.

Si consideramos el secreto de la degeneración desde un punto de vista exclusivamente tradicional, resulta más difícil todavía resolverlo completamente. Es entonces una cuestión de división de todas las culturas en dos tipos principales. De una parte, hay culturas tradicionales, cuyos principios son idénticos e invariables, al margen de todas las diferencias superficiales. El eje de estas culturas y la cúspide de su orden jerárquico consisten en poderes y acciones metafísicas, supra-individuales, que sirven para informar y justificar todo lo que es simplemente humano, temporal, sujeto al devenir y a la “historia”. Por otra parte, hay una «cultura moderna», que es verdaderamente la antitradición y que se agota en sí misma en una construcción de formas puramente humanas y terrestres y en el desarrollo total de estas, en la búsqueda de una vida enteramente desvinculada del “mundo de lo alto”.

Desde el punto de vista de esta última, la totalidad de la historia es degeneración, porque muestra el declive universal de las primeras culturas de tipo tradicional y el ascenso decisivo y violento de una nueva civilización universal de tipo “moderno”.

Entonces aparece una doble cuestión.

En primer lugar, ¿cómo fue posible que esto pudiera ocurrir? Existe un error lógico subyacente en toda la doctrina de la evolución: es imposible que lo más elevado pueda emerger de lo menos evolucionado y lo más grande de lo más pequeño. Pero ¿no existe una dificultad similar en la solución de la doctrina de la involución? Como es posible que lo más elevado pueda caer? Si pudiéramos razonar por simples analogías, sería fácil tratar esta cuestión. Un hombre en buena salud puede convertirse en un enfermo; un hombre virtuoso puede volver al vicio. Existe una ley natural que cualquier considerada como emanada de sí mismo: que cada ser viviente empieza con el nacimiento, el crecimiento y la fuerza, luego viene la vejez, el debilitamiento y la desintegración. Y así sucesivamente. Pero esto es precisamente realizar afirmaciones, no explicar, incluso si reconocemos que tales analogías están efectivamente relacionadas con la cuestión aquí planteada.

En segundo lugar, la cuestión no es solamente explicar la posibilidad de la degeneración de un mundo cultural particular, sino también la posibilidad de que la degeneración de un ciclo cultural pueda transmitirse a otros pueblos y los arrastre en su caída. Por ejemplo, no tenemos que explicar solamente como la antigua realidad occidental se hunde, sino también mostrar la razón por la cual fue posible para la cultura «moderna» conquistar prácticamente el mundo entero y, porqué posee el poder de desviar a pueblos de cualquier tipo de cultura y dominar incluso allí donde los Estados de forma tradicional parecían aún vivos (basta recordar el Oriente ario). A este respecto, no basta decir que esto solamente se refiere a una conquista puramente material y económica. Este punto de vista parece muy superficial, fundamentalmente por dos razones. En primer lugar, un país que es conquistado sobre el plano material sufre también, a largo plazo, influencias de un tipo más elevado, correspondientes al tipo cultural de su conquistador. Podemos afirmar, de hecho, que la conquista europea siembra casi por todas partes las semillas de la “europeización”, es decir la forma de pensamiento racionalista, hostil a la tradición. En segundo lugar, la concepción tradicional de la cultura y del Estado es jerárquica, no dualista. Sus alcances no pudieron jamás suscribirse, sin severas reservas, a los principios del «Dar al César lo que es del César» y del «Mi Reino no es de este mundo». Para nosotros, la «Tradición» es la presencia victoriosa y creativa en el mundo de lo que «no es de este mundo», es decir del Espíritu, comprendido como una potencia que es más potente que todo poder puramente humano o material.

Es la idea de base de la visión de la vida auténticamente tradicional, que nos permite hablar con desprecio de las conquistas puramente materiales. Por el contrario, la conquista material es el signo, sino de una victoria espiritual, al menos de una debilidad espiritual o de una especie de “retroceso” en las culturas que son conquistadas y que pierden su independencia. En todas partes donde el Espíritu se considera como la potencia más fuerte, está verdaderamente presente, los medios -visibles o invisibles- no faltaron nunca para resistir a la superioridad técnica y material de todos los adversarios. Pero esto no es lo que se ha producido. Se debe pues concluir que la degeneración era ocultada tras la fachada tradicional de todos los pueblos que el mundo “moderno” ha podido conquistar. Occidente debe pues haber sido la cultura en la cual una crisis que era ya universal todo su forma más aguda. Aquí la degeneración fue equivalente, por así decir, de un golpe, y cuando tuvo lugar, rompió con más o menos facilidad de otros pueblos en los que la involución no había ciertamente «progresado» tanto, pero donde la tradición había perdido ya su potencia original y por tanto estos pueblos no fueron capaces de protegerse de un asalto exterior.

Con estas consideraciones, el segundo aspecto de nuestro problema se une al primero. La cuestión es explicar sobre todo el significado y la posibilidad de la degeneración, sin hacer referencia a otras circunstancias.

Para esto debemos ser claros a propósito de una cosa: es un error presumir que la jerarquía del mundo tradicional está basada en una tiranía de las clases superiores. Esto es solamente una concepción «moderna», completamente ajena a la forma de pensar tradicional. La doctrina tradicional concebía de hecho la acción espiritual como una «acción sin actuar»; hablaba del «motor inmóvil»; en todas partes donde utilizada el simbolismo del «polo», el eje inalterable en torno al cual todos los movimientos ordenados toman plaza (y en otro lugar hemos mostrado que este es el significado de la esvástica, la “cruz gamada”); subrayan siempre la espiritualidad “olímpica” y la autoridad auténtica, así como su forma de actuar directamente sobre sus subordinados, no por la violencia sino por la «presencia»; finalmente utilizaba la imagen del amante, en la cual se encuentra la clave de esta cuestión, tal como vamos a ver.

Solamente hoy alguien podría imaginar que los auténticos portadores del Espíritu, de la Tradición, buscan las gentes para agruparlas y ponerlas en su lugar –es decir, que «dirigen» a las gentes-, o tienen un interés personal en establecer y mantener estas relaciones jerárquicas en virtud de las cuales pueden aparecer de manera visible como los dirigentes. Esto sería ridículo e insensato. Es antes bien, no es en el reconocimiento procedente de las clases bajas, lo que está en la base de toda la jerarquía tradicional. No es lo más elevado quien tiene necesidad de lo menos elevado, sino a la inversa. La esencia de la jerarquía es que existe algo viviente como una realidad en algunas personas, que en las otras está presente solamente bajo forma de un ideal, de una premonición, de un esfuerzo ininterrumpido. Así estas últimas son fatalmente atraídas por las primeras y su más baja condición es la de la subordinación, no tanto a algo ajeno, sino a su propio “Yo” verdadero. Aquí reside el secreto, en el mundo tradicional, de toda disponibilidad para el sacrificio, de toda lealtad; y por otra parte, de un prestigio, de una autoridad, y de una calma poderosa que el tirano más sólidamente armado jamás podrá poseer.

Con estas consideraciones, hemos llegado muy cerca de la solución no solamente al problema de la degeneración, sino también a la posibilidad de una caída particular. ¿No estaríamos fatigados de oir que el éxito de cada revolución indica la debilidad y la degeneración de las clases dirigentes anteriores? Una comprensión de esto tipo es muy parcial. Esto sería, en efecto el caso si perros feroces fueran atados y bruscamente soltados: sería la prueba de que las manos que los han asido primero y soldado después se han debilitado. Pero las cosas se presentan de forma muy diferente en la estructura de la jerarquía espiritual, de la que ya hemos explicado su base real. Esta jerarquía degenera y puede ser derribada en un caso solamente: cuando el individuo degenera, cuando utiliza su libertad fundamental para negar el Espíritu, para separar su vida de todo punto de referencia más elevada, y para existir “solamente para él mismo”. Cuando los contactos se interrumpen fatalmente, la tensión metafísica, a la que el organismo tradicional debe su unidad, se diluye, todas las formas vacilan en su camino y finalmente se resquebrajan. Las cumples, naturalmente, permanecen puras e inviolables en sus alturas, pero el resto de dependía de ellos, se convierte a partir de ahora en una avalancha, una masa que ha perdido su equilibrio y que cae, primero imperceptiblemente pero con un movimiento cada vez más acelerado, hacia las profundidades y los más bajos niveles del valle. Es el secreto de todas las degeneraciones y de todas las revoluciones. El europeo, primeramente ha matado la jerarquía en sí mismo extirpando sus propias posibilidades interiores, a las cuales corresponden las bases del orden que desearía, luego, destruir exteriormente.

Si la mitología cristiana atribuye la Caída del Hombre y la Rebelión de los Ángeles a la libertad de la voluntad, entonces esto remite poco más o menos al mismo significado. Esto afecta al sorprendente potencial que permanece en el ser humano, para utilizar la libertad para destruir espiritualmente y para borrar todo lo que podría asegurarse un valor supranatural. Es una decisión metafísica: el flujo que atraviera la historia bajo las formas más variadas de la anti-Tradición, del espíritu revolucionario, individualista y humanista o para resumir, el “espíritu moderno”. Esta decisión es la única causa positiva y decisiva en el secreto de la degeneración, la destrucción de la Tradición.

Si comprendemos esto, podemos quizás comprender el sentido de estas leyendas que hablan de misteriosos jefes que existen “siempre” y no han muerto jamás (la sombra del Emperador durmiente en el interior de la montaña del Kyffhaüser). Tales dirigentes pueden ser redescubiertos sollo si se alcanza a la realización espiritual y si se despierta una cualidad en sí mismo como un metal que bruscamente, siente “al amante”, encuentra al amante y se orienta irresistiblemente hacia él. Por el momento, debemos limitarnos a esta indicación. Una explicación comprensible de las leyendas de este tipo, que nos llevaría desde la antigua cuna de los arios, nos llevaría ahora demasiado lejos. En otra ocasión volveremos quizás al secreto de la degeneración, a la «magia» que es capaz de restablecer la masa caída, sobre las cumbres inalterables, solitarias e invisibles que están todavía allí, en las alturas.

Por Julius Evola. Extraído de Pueblo Indómito:
http://puebloindomito.blogspot.com.es/2015/01/el-secreto-de-la-decadencia.html

martes, 18 de octubre de 2016

Rafael Ripoll: Mano dura contra los comportamientos incívicos

Rafael Ripoll, presidente del partido Respeto:

Los políticos que toleran a los sinvergüenzas y los sinvergüenzas que no saben respetar ni lo público ni lo privado solo merecen una respuesta: MANO DURA.



Extraído de la página de Respeto:
http://www.respeto.eu/

lunes, 17 de octubre de 2016

Hombre de acción - Yukio Mishima


¿Cómo es posible denominar "hombre de acción" a quien por su trabajo de presidente en una empresa hace ciento veinte llamadas telefónicas diarias para adelantarse a la competencia? ¿Y es tal vez un hombre de acción el que recibe elogios porque aumenta las ganancias de su sociedad viajando a países subdesarrollados y estafando a sus habitantes? 

Por lo general, son estos vulgares despojos sociales los que reciben el apelativo de hombres de acción en nuestro tiempo. Revueltos entre esta basura, estamos obligados a asistir a la decadencia y muerte del antiguo modelo de héroe, que ya exhala un miserable hedor. 

Los jóvenes no pueden dejar de observar con disgusto el vergonzoso espectáculo del modelo de héroe, al que aprendieron a conocer por las historietas, implacablemente derrotado y dejado marchitar por la sociedad a la que deberán pertenecer algún día. Y gritando su rechazo a semejante sociedad en su conjunto, intentan desesperadamente defender su pequeña divinidad. 

Introducción a la filosofía de la acción por Yukio Mishima. Extraído de Pueblo Indómito:
http://puebloindomito.blogspot.com.es/2015/04/hombre-de-accion.html

domingo, 16 de octubre de 2016

¿Qué es el Nacionalismo Revolucionario? - François Duprat




Debemos intentar definir de forma concreta lo que es el nacionalismo revolucionario. Evitando decir lo que no es (como tan a menudo se hace) sino insistiendo en lo que es de forma positiva.

El nacionalismo revolucionario representa una tentativa de control de la crisis actual de Occidente, en el plano de una re-evaluación radical de los valores de dicha sociedad. Ese nacionalismo revolucionario propone como núcleo central de la acción humana la idea de Nación, concebida como una reunión orgánica de elementos que, sin ella, no representarían sino un conglomerado inconsistente cruzado de tensiones destructoras. La Nación Organizada no puede ser sino una Nación en la que las diferencias de clase hayan sido eliminadas de una forma real, y no por meros deseos piadosos, ya que tales diferencias suponen automáticamente tensiones nefastas para la armonía nacional. Esas tensiones deben ser eliminadas por el Estado, que es de "todo el pueblo". ¿Cómo podemos definir el pueblo de forma coherente? El pueblo no puede sino ser el conjunto de aquellos que contribuyen al desarrollo nacional, lo que excluye a los aprovechados, los parásitos, los representantes de intereses extranjeros. ¿Cuáles son los grupos sociales que forman parte de la realidad de nuestro pueblo?

-Los obreros, en tanto productores de base;

-Los campesinos, pequeños propietarios, granjeros, aparceros u obreros agrícolas, puesto que forman un grupo directamente unido a la producción;

-La pequeña burguesía, en la medida en que participan también en la producción y en que sus actividades de servicio y distribución están directamente ligadas a las necesidades del desarrollo armonioso de los intercambios en el seno de la población.

-Los elementos nacionales de la burguesía, en tanto clase propietaria de parte de los medios de producción, es decir todos los participantes activos en la producción, al nivel de la dirección y gestión, en la medida que formen un sector realmente independiente de grupos e intereses extranjeros. Debemos insistir en el aspecto nacional exigido a este grupo, sabiendo que buena parte de sus miembros están en realidad ligados a fuerzas extranjeras a nuestro pueblo.

El nacionalismo revolucionario ve a Francia como una nación colonizada, que es urgente descolonizar. Los franceses se creen libres, pero no son sino en realidad juguetes de grupos de presión extranjeros, que los oprimen y explotan, gracias a la complicidad de una fracción de las clases dirigentes, a las que esos grupos de presión arrojan algunos pedazos de su festín. Frente a esta situación, podemos estimar las condiciones de lucha de los nacional-revolucionarios similares a las que fueron comunes a los grupos nacionalistas del Tercer Mundo (poco importa, a ese respecto, que Francia, en razón de su pasado colonial haya sido, al mismo tiempo, durante un cierto periodo, a la vez colonizadora y colonizada, en particular durante la IV República).

Es evidente que esta situación de país colonizado no es percibida por nuestros compatriotas; esto se debe sobre todo a la habilidad de nuestros explotadores, que no ha cesado de mantener el control de los Mass Media, y a partir de ahí, sin que lo advirtamos,de todo nuestra cultura nacional, cuya realidad puede ahora incluso ser deliberadamente negada. A través de ese método, se hace difícil comprender de forma incontestable a los franceses que viven en un país cuyo pueblo no es realmente dueño de su destino.

El proceso de destrucción de nuestra identidad nacional, por hipócrita y camuflado que pueda ser, no está por ello menos fuertemente implantado y el primer deber de los nacional-revolucionarios es hacerle frente.

La conciencia del Estado nación dominada, que es el de nuestra Patria, representa la primera piedra de nuestro edificio doctrinal. En efecto, debemos estimar que nuestro deber más imperativo y evidente es hacer todo lo necesario para poner fin a este estado de cosas.

Puesto que los franceses no son los verdaderos dueños de su patria, la tradicional oposición hecha por los nacionalistas entre un "buen capitalismo" y un "mal capitalismo" internacional, no es más que un simple y puro engaño. El capitalismo en Francia no puede sino ser un instrumento en manos de los verdaderos propietarios de la Nación. A partir de ahí, los nacional-revolucionarios no pueden aceptar una fórmula económica totalmente contradictoria a sus aspiraciones nacionales más evidentes.

El capitalismo es una fórmula económica que implica la esclavitud de nuestra Nación.

Debe tratarse pues para nosotros de una oposición radical y no sólo en las palabras (como es demasiado a menudo el caso). La Nación debe recuperar el control de su vida económica, y, especialmente en aquellos sectores en los que los intereses extranjeros son más poderosos. Bancos, tecnología punta, centros de investigación y distribución deben de ser recuperados por el pueblo francés. El seudo-sacrosanto principio de la propiedad privada no tiene aquí papel ninguno, puesto que los bienes adquiridos ilegalmente no demandan ni respeto, ni compensación. Los bienes recuperados por la Nación deberán ser gestionados según técnicas que aseguren a la vez la perennidad de su recuperación y una utilización nacional. La mejor fórmula sería probablemente un control flexible del Estado y la devolución al público, bajo forma de cesión o venta a bajo precio acciones que representasen el capital de los bienes devueltos a la comunidad nacional.

La recuperación del control de nuestra economía permitirá la recuperación de la independencia nacional, puesto que los elementos explotadores, privados de toda fuente de enriquecimiento no tendrán ninguna razón para permanecer en el territorio nacional. Debemos considerar que el programa de Liberación Político y Social de nuestro pueblo pasa por la adopción de una economía comunitaria en lo que respecta a los medios de producción. Los medios de producción están hoy, en buena parte, directa o indirectamente, en manos de intereses extranjeros. Ahora bien, la posesión de esos medios representa la posibilidad de explotar el trabajo de nuestro pueblo, generando nuevas riquezas, que refuerzan el control exterior.

La recuperación de las riquezas nacionales debe ir pareja con el fin de la infiltración cultural extranjera en el seno de nuestra civilización. Debemos volver a honrar nuestra tradición nacional, rechazar las aportaciones exteriores que suponen su negación o debilitamiento, mientras al mismo tiempo damos a nuestro pueblo una tarea a la medida de su destino histórico. Esta tarea no puede ser sino la edificación de un sistema político-económico susceptible de servir de modelo a las naciones enfrentadas a este mismo problema, a saber, el de la liberación interna de una influencia exterior predominante.

Por François Duprat de 1973 El año en que nació el Front National. Extraído de Pueblo Indómito:
http://puebloindomito.blogspot.com.es/2015/04/que-es-el-nacionalismo-revolucionario.html

viernes, 14 de octubre de 2016

Bow and Arrow



I made a bow and arrows in the wild using only natural materials and primitive tools I’d made previously from scratch (as usual). The tools used were a celt stone hatchet, a stone chisel, various stone blades and fire sticks.

The stave began as a small tree (probably northern olive) about 5 cm (2 inches) in diameter which I cut to a length of 1.25 m (50 inches) using a celt hatchet. I don’t know the name of the timber but it’s very common here and is the same type I use for axe handles. I then split the stave in two using a stone chisel and mallet. Selecting one stave, I began shaping the bow. The stave twisted slightly along its length so using the chisel I split off wood at the ends of the stave but on opposite sides. This then gave a straight, flat stave. From this point I began narrowing the width and to a lesser extent the depth of the bow limbs so they tapered towards the tips of the bow limbs. This was done using the chisel, a large chopping stone and smaller scraping stones only removing wood from the belly and side of the bow. Importantly, the back of the bow was not cut at all as this would cause it to break under stress. The bark was even left on to help protect the back of the bow from accidental cuts and scrapes. At the middle of the bow I narrowed the width of the bow slightly to form a handle about 12.5 cm long. Importantly, I did not narrow the depth of the bow as this would weaken it. This narrow handle section is not essential but makes the bow easier to grip and puts the arrow closer to the center of the bow. Simple string nocks were then carved into the sides of the tips of the bow. I cut and split the wood in one afternoon, and did the rest the next day (in other words it only took about a day to make).

I made the string for the bow using the bark from a fast growing tree that grows in disturbed rain-forest clearings. The tree is a pioneer species that grows quickly with weak timber but strong bark fiber. Note in the video that the tree I took already has a new shoot and so will grow another branch from the stump. The bark was stripped and shredded. The next day I twisted the thin strips of fiber into cordage. To make cordage, two strands of fiber are individually twisted in (say) a clockwise direction but are then twisted together in an anti-clockwise direction. This way the individual strands want to unravel in one direction but can’t because they are twisted together in the opposite direction.

Next I strung up the bow. Note in the video that limb on the right side of the screen bends more than the left limb. To fix this, I left the bow strung up and scraped wood off the belly of the limb that bent the least, a process called tillering. This caused the limb to bend more so that it roughly mirrored the other limb. More tillering was done to make the limbs bend evenly along their length. If a limb bends unevenly in one spot a hinge can develop and puts uneven amounts of stress on the limb possibly causing it to break. The result of my efforts was a reasonably symmetrical bow without any obvious hinging.

For the arrows I used small saplings between 6 and 8 mm in diameter and cut to a length of 60 cm. The bark was scraped off because it would otherwise come off with use in an irregular manner causing an uneven shape effecting its flight. A notch was carved in the back of each arrow with a stone blade deep enough to accept the bow string. If the notches are not deep enough the arrow can come off the string while releasing causing a misfire. The tip of the arrow was charred in a fire and sharpened against a rock. The fire hardens the wood and makes it easier to sharpen as charred wood scrapes off with ease. The fletching was made from the feathers of a bush turkey picked up from the ground (no turkeys were harmed in the making of this video). One feather fletched one arrow each. The feather was split in half and cut into three lengths. Each fletch had the front and back reduced to its spine to be tied onto the shaft. Tree resin was used to hold the fletching one and thin pieces of bark fibre were used to lash the fletching down. Finally, the fletching was neatly trimmed using a hot coal from the fire, melting the feather to shape rather than cutting it. Each arrow took about 1 hour to make not including the time spent looking for shafts. A quiver to hold the arrows was also made from bark.

It’s noteworthy that all the shooting in this video was done less than a week after cutting the wood meaning the bow was still green. Ideally the wood should be left to season or dry out before use. I cleared a shooting range in a clearing with a bank behind it to catch stray arrows. The target was a partially rotten log so that the arrows wouldn’t get damaged too much. The shooting was done at a distance of 10 m. At this range accuracy was a bit more than 50% with reasonable force behind the shots. Accuracy would probably improve with practice and consistently made arrows. The arrows embedded themselves strongly into the wood and were difficult to remove. The string was fairly durable. I made two strings for the bow. During my practice I had the string break only 3 times while firing the arrows 200 or 300 times.

I don’t know the draw weight of this bow but it’s probably at least 15 kg (35 pounds) if not greater (I made a similar, smaller bow at home and hung a 15 kg weight that drew 33 cm). The short size of the bow (1.25m) made it easy to construct and easy to find a straight piece of wood. The string is short and also easy to make with less places to break. The 60 cm (2 foot) long arrows are short like the bow, making it easy to find straight shafts. The method of splitting the stave saved effort in removing wood as opposed to carving a bow from a log. The cross section of the bow limbs are rectangular and are less likely to break than a round cross section. The stress on the back of the bow is spread wider with a rectangular cross section than a round one. Short bows tend to shoot with high velocity too.

Hunting is heavily restricted here in Australia to conserve our native fauna. I have not hunted any animals and made the bow simply as an exercise in primitive technology. However I’ll attempt to address the question of the effectiveness as a hunting weapon. In the video I got footage of a scrub turkey standing about 5 m away. At this range most people could most certainly hit a target of that size with minimal practice. The arrow would certainly pierce it and it would provide a good meal and lots feathers for fletching new arrows, justifying the effort used to make a bow. For larger game such as pigs it could work probably at a range of 10 m provided aim was perfect and the arrows were very sharp. This weapon is definitely more accurate than a sling for a beginner and would probably be more reliable though it takes more time to make.

From Primitive Technology: https://primitivetechnology.wordpress.com/2016/03/23/bow-and-arrow/